domingo, 20 de mayo de 2012

ACTO LIBERACIÓN EUROPA


Nos reunimos aquí para rendir homenaje, a los combatientes que murieron,  en la segunda guerra mundial, que liberó a Europa.

Esta guerra se caracterizó, a diferencia de otras, por ser una guerra contra el fascismo. Como lo fue la  guerra que se inició en España, con la sublevación militar del general Franco, en julio del 36.  Esta comunidad de objetivos, han permitido considerar  que la mal llamada,  guerra civil, fue -si no el inicio material- si el prólogo  de la Segunda Guerra.  

Desde el primer momento, los fascistas españoles fueron apoyados por el fascismo internacional. Penítanme solo dos referencias: el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor nazi y los bombarderos italianos y, y el otro testimonio: la derrota de la división Litorrio del ejercito fascista italiano, en los campos de Brihuega, conseguida por el ejército popular de la República, que capturó al general Gambara.

Acudir a los campos de batalla en España, era también,  enfrentarse al fascismo internacional. Ese era el significado profundo para el futuro del  Mundo,  de nuestra guerra. 

Conscientes de ello fueron los miles de jóvenes,   que desde  más de 30 países, acudieron a España a combatir. Madrid será la tumba del fascismo, se decía en aquellos tiempos. Algunos de  estos jóvenes, entregaron sus vidas,  en su empeño y hoy, sus cuerpos,  reposan en este cementerio. Ante sus tumbas inclinamos nuestras banderas, con hondo respeto y agradecimiento y florecemos sus monumentos.

Los gobiernos de Francia y el Reino Unido, no apoyaron la lucha del pueblo español, y  ahogaron a la República con el Comité de No Intervención, privándola de armamentos y abastecimientos. Además,  nos dieron una puñalada de muerte con el Pacto de Munich. Pacto que firmaron con Hitler y Mussolini. “Os traigo la paz eterna, proclamó el premier Charbeilein,ante el pueblo inglés y algo similar dijo Daladier,  jefe de gobierno francés. Esa eternidad duró pocos meses. 

Derrotada la República Española, afianzado el ejército nazi al sur de los Pirineos, pudiendo atacar a Francia desde el sur, a los pocos meses de Munich.  Hitler inició, en septiembre, la Segunda Guerra. Este hecho, puso en mayor evidencia, la importancia transcendental de nuestra guerra. Si su desenlace hubiera sido con el triunfo de la República, el fascismo internacional hubiera sufrido una grave derrota  y con ello hubiera sufrido un gran descalabro la posibilidad de consumarse,  la segunda guerra.

Iniciada la guerra el exilio español inmediatamente tomo parte en ella. Sirvan de ejemplo algunos hechos históricos:

En la batalla decisiva de Stalingrado combatieron exiliados, algunos murieron. Formando parte de los partisanos soviéticos, combatientes republicanos actuaron contra la logística del ejército nazi, desorganizándola.

El sur de Francia fue liberado por las acciones de los maquis republicanos,  Paris fue liberado por tanques de la División Leclerc, conducidos por tanguistas de la República.

En el desembarco de Narvik, junto a los tomys ingleses, formaron republicanos españoles.

En Africa, en la batalla de El Alamein, estuvieron los exiliados. 

Hasta en Guadalcanal combatieron republicanos españoles.

Por actos de resistencia, cientos  de exiliados fueron internados en los campos de exterminio nazis, en ellos, cientos murieron. 

Y en España, en los montes, restos del ejército republicano siguieron el combate agrupados en guerrillas, por las montañas gallegas, asturianas y levante, así como por serranías andaluzas.

Esta modesta pero simbólica contribución de los demócratas españoles a la victoria en la Segunda Guerra, no fue tenida en cuenta por los gobiernos de Francia, Inglaterra y los EEUU, que prefirieron, traicionando a los que murieron en combate contra el fascismo, apoyar al fascista régimen de Franco, que había enviado la División Azul a combatir con el ejército nazi.

30 años tuvieron que pasar antes de que la democracia floreciera de nuevo en España. Es esta, la democracia que supimos ganar, la que nos permite hoy aquí,  participar en libertad en este homenaje.

Unas últimas palabras, dolorosas pero que tengo que decir. A los guerrilleros españoles que hasta principios de los 50 mantuvieron el combate contra los fascistas, aquí, al sur de los Pirineos, son considerados, por las instancias oficiales,  como bandidos, igual que en la época de Franco. Los diferentes gobiernos democráticos no han querido, reconocerles lo que fueron: combatientes  de la República. Este es un hecho indignante e  ignominioso. Hoy, el mejor  homenaje que se les puede rendir, es reconocerles  lo que fueron. Hay poderes fácticos que se oponen y se ve que tienen más fuerza que la justicia y la ética democrática.
Gracias por haberme escuchado
Honor y Gloria a los combatientes contra el fascismo.
   
Palabras pronunciadas por Luis Azcárate en el acto de homenaje a los
combatientes de la segunda guerra mundial.

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